sobre nosotros

Era mayo del 2015 cuando, después de una larga lucha por escapar de los tentáculos del sistema, se habitó por primera vez esta propiedad, comprada a la antigua familia Flores en su segunda generación. El antiguo dueño era un mueblista muy querido, y hasta el día de hoy algunos pasan intentando encontrarlo.

La compra de esta propiedad, pareció ser la mejor opción, por su cercanía al centro, lago y sobre todo su emplazamiento de esquina frente a una bonita plaza.

El terreno contaba con dos casas de 50m2 y un pequeño local comercial, de las cuales una de ellas se demolió para construir una gran cabaña de 2 pisos y la terraza. Finalmente se han fundido estas tres construcciones y es el modelo actual del hostel.

El proceso de construcción de aproximadamente un año, fue de la mano con la adaptación a la nueva ciudad, entorno y vida. Ahí se reconoció la vida del sur, los vecinos, y el gusto por vivir cercano a la naturaleza.

En el verano del 2016 se inauguró el hostel con una capacidad para 40 personas en alojamiento compartido y solo una habitación privada. La experiencia fue desafiante e intensa, pero muy gratificante al tener el privilegio de conocer gente de todo el mundo, en un hermoso ambiente de viajes y aventura que se conserva hasta hoy. La visión es propiciar un ambiente grato, cercano y hogareño, para dejar fluir la libertad de nuestros clientes.

El largo proceso de la consolidación del hostel ha sufrido innumerables cambios en estos ya casi nueve años, como la mejora continua de sus instalaciones, la construcción de nuevas habitabilidades y una transformación a mayor porcentaje de habitaciones privadas, las cuales hoy en día son el sello de preferencia de parejas jóvenes aventureras.

El esfuerzo ha sido grande y la recompensa se recoge día a día, a través de la gratitud de la gente. Esperamos seguir mejorando en calidad, atención y rediseños de la casa. Nos espera un largo camino sin fin, más bien con muchas estaciones de felicidad.